Realmente existió la Triste Rana Coreana.
Durante la guerra de Corea, la población civil tuvo que esconderse en las zonas montañosas para evitar ser víctima de los continuos ataques de ambos ejércitos. Al parecer, en el otoño de 1950, uno de los pueblos de la zona fue arrasado por los ejércitos surcoreanos y aliados que avanzaban por la zona. El ataque tuvo lugar por la mañana y casi todos los habitantes murieron. Se dice que una veintena de niños y niñas lograron escapar y huyeron a las faldas de la montaña. Allí encontraron refugio y permanecieron varios días.
Cuando quisieron volver a su pueblo, ya destruido, vieron que los militares habían construido allí una base logística y decidieron quedarse en la montaña durante una semana. Apenas tenían comida para todos y empezaban a pasar hambre.
Cuando todo parecía perdido, las niñas y los niños estaban tan débiles que apenas podían salir del refugio en la ladera de la montaña.
Al amanecer encontraron un saco con veinte panes junto a sus improvisadas camas de hojas. Gracias a estos panes y al agua del arroyo cercano, que siempre llegaba al amanecer, los niños consiguieron reunir fuerzas y sobrevivir.
Una noche que no podían dormir, vieron una pequeña rana que llevaba el saco con los panes. Decidieron seguirla casi hasta la cima de la montaña y vieron que en una de las muchas cuevas que había allí, la rana amasaba y horneaba el pan cada noche para que quienes se refugiaban allí tuvieran comida.
Gracias a la Rana Triste de Corea, como se la llamaba en algunos escritos por su cara triste por la guerra, todas estas niñas y niños consiguieron vivir lo suficiente para volver a su pueblo.
Con el tiempo, crecieron y fueron a otras aldeas donde contaron su historia y así la Rana de la Montaña (san-eseo seulpeun gaeguli) pasó a ser conocida como la triste rana coreana.
Si realmente no lo acabas de creer, puedes ver en la Wikipedia el monte Kumgang en el que encontraron refugio y donde se apareció la Rana de la Montaña que consiguió que sobrevivieran a la guerra.
Te contaremos un secreto… realmente no existió la Triste Rana Coreana ni tampoco su leyenda. Aunque pueda aparecer en la Wikipedia o en cualquier otro sitio. Hemos inventado esta historia para que podáis reflexionar sobre la información que nos llega continuamente, por todos los medios, familiares, amistades…
En la infancia y la adolescencia es especialmente importante que las pequeñas personitas que tenemos en casa tengan una actitud crítica y reflexiva. La gente adulta hemos conseguido adquirir esa capacidad tras habernos dado cuenta de cómo intentan influenciarnos desde fuera, intentando que aceptemos unas ideas sin reflexionar demasiado y en buena parte de las veces, nos hemos dado cuenta a posteriori. En la sociedad actual todo esto se intensifica mucho más con las redes sociales, internet y el continuo bombardeo informativo.
Las mentes más jóvenes son más susceptibles a todos estos estímulos y, aunque el libro de Animalastros está destinado al disfrute en familia, aquí nos gustaría poder aportar nuestro granito de arena para hacer ver a mamás y papás lo importante que es invertir un poquito de tiempo en hacer que esas pequeñas mentes tengan la capacidad de reflexionar y contrastar, para que puedan adquirir una visión propia y puedan cuestionar con coherencia y criterio propio todo lo que va a entrar en sus cabecitas.
Aquí os dejamos algunos recursos más para fomentar el desarrollo de la actitud crítica y el pensamiento reflexivo para trabajarlo en casa o en el aula:
16 actividades para desarrollar el pensamiento crítico.
Aprendizaje significativo en el aula.